martes, septiembre 20, 2011

Desayunando en Sanborns

En Sanborns o en cualquier otro lindo sitio de esos que me gustan tanto.. de esos que, quienes me conocen, saben que no me puedo resistir.
A veces siento que estoy nacida para perderme entre las nubes del café.
Recuerdo mi antiguo trabajo, hace siglos, David y los demás se acomodaban a la vida de los platos con guiso. Treinta pesos plato lleno, incluye tortillas. Rápido y a bajo precio. Rápido el servicio, rápida la vida.
Pero esto no tiene precio...
Nada más lindo, nada más perfecto.
Aqui no pasa el tiempo, nada lleva prisa. El universo se detiene ante una taza de buen café, plantas de ornato, jugo de naranja, música de fondo.
Transcurre la vida de sorbo en sorbo; y en cada bocado se va olvidando todo.
Maravilla eterna en el quehacer de un piano, que toca y toca.
Y casi lloro de gusto de estar aqui. Dios es perfecto al hacernos diferentes. No importa que todos deseáramos lo mismo de la vida; la vida siempre tiene suficiente para todos. Suficiente de lo mismo e incluso suficiente de suficientes cosas distintas.
Suficientes restaurantes, suficientes platos con guisos. Ya no es preciso anhelar, basta con alargar la mano y tomar del universo lo que más se nos antoje. Un plato nuevo y volver a empezar.
Todo esta aqui, esperando por nosotros. Listo para ser pedido y agradecido.
No es maravilloso, todo??, no son  lindos los colores en las faldas, las sonrisas desconocidas de los que en un desayuno se vuelven amigos íntimos??
Un abrazo y hasta luego. La esperanza de volver a vernos. Una coincidencia cualquiera con el resto del mundo. Encuentros furtivos de instantes fugaces.
La música sigue. El corazón late. El discurso se cuenta a sí mismo.
Escribir, escribir, escribir.. con el alma y desde el corazón. No preguntes el cómo... ya no está en tus manos.
Soñando la vida de escribir a ratos, de vivir por siempre. Por siempre presente, en la vida del sueño que dejó de serlo.
Naci para esto.
Solo esta vida, solo este cielo. Sólo estas luces calladas en plena mañana. Sólo atardeceres llenos de gloria, sólo amaneceres cubiertos de sol.
Donde todo se encuentra, con solo buscar. Donde los sueños son más bellos y posibles de alcanzar. No hay corazones rotos, los niños no lloran, la angustia es fantasma que ya descansó.
Jugo y café, y un toque de aroma. A punto de terminar.

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